Efímera luz incorpórea de fugaces destellos
que apareces y rauda huyes.
Presencia efímera que endulzas las horas,
los minutos, segundos, los instantes,
ensalzados en cimas altas de cielos soñados;
que cubres con velos de ausencias los caminos
viajados, dejando en el las hojas de los recuerdos
cual alfombra que crujen en desvelos
al ser pisadas por el corazón.
Te marchas, apareces, con tristezas bañas de suspiros
un cuerpo sucio de las minas ocultas de un recuerdo.
Con esperanzas enloqueces el respirar de los
Anhelos que se niegan a morir sin el aire de un sueño.
Cuando volverás, cuando marcharas,
en tus manos están las esperanzas de mi vivir,
Eterna luz incorpórea
Presencia efímera y tan esperada
que apareces y rauda huyes.
Presencia efímera que endulzas las horas,
los minutos, segundos, los instantes,
ensalzados en cimas altas de cielos soñados;
que cubres con velos de ausencias los caminos
viajados, dejando en el las hojas de los recuerdos
cual alfombra que crujen en desvelos
al ser pisadas por el corazón.
Te marchas, apareces, con tristezas bañas de suspiros
un cuerpo sucio de las minas ocultas de un recuerdo.
Con esperanzas enloqueces el respirar de los
Anhelos que se niegan a morir sin el aire de un sueño.
Cuando volverás, cuando marcharas,
en tus manos están las esperanzas de mi vivir,
Eterna luz incorpórea
Presencia efímera y tan esperada
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